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México será auditado por cuarta vez
Está por iniciar y, evidentemente,
el equipo coordinado por Luis Videgaray, el
secretario de Hacienda, y Agustín Carstens, el gobernador del Banco de México,
estará ocupado en esta revisión, pues un tema que seguramente será del interés
de auditores y auditado es cómo se ha aplicado la Reforma Financiera en la
práctica, cómo se han implementado las sugerencias realizadas en el último
informe y temas que por su relevancia puedan incidir en el futuro de las
relaciones financieras globales.
Bueno, pues le anticipo a la Asociación de Bancos de México, que preside Luis
Robles, y a todas
las asociaciones financieras, que el equipo del FMI-BM estará incluyendo el
espinoso asunto de la banca corresponsal, pues el caso mexicano, por la forma
en que el mismo secretario Videgaray y el chairman del IMFC, Carstens,
han levantado la voz en todos los foros por sus implicaciones en materia de
de-bancarización de los flujos financieros transfronterizos y la afectación que
ha tenido sobre el apalancamiento del comercio global, nuestro país puede ser
uno de los primeros en probar que los sistemas legales y reales de supervisión
de lavado de dinero y de conocimiento del cliente son sólidos, confiables y
efectivos.
La auditoría, conocida como Financial Sector Assessment Program,
normalmente incluye revisiones de marco legal, pero como en México en 2011 se
realizó la tercera (el país fue el primero en ser auditado en 1999 bajo este
sistema de supervisión) y, si se considera que en el grupo de 25 países que
tienen supervisión obligatoria quinquenal como parte de la supervisión anual se
incluye al 90% del sistema financiero global, al 80% de la actividad económica
mundial, a 15% de los integrantes del G20 y a la mayoría de los miembros del
Financial Stability Board, que ha estado trabajando estrechamente con el Banco
Internacional de Pagos en el monitoreo del cumplimiento de la regulación
bancaria internacional y los estándares de transparencia y revelación de
información, la revisión del caso mexicano será “benchmark” entre la propuesta
de regulación y la práctica de la supervisión global.