El pasado 4 de noviembre en Beijing, China, México fue parte de la “Reunión de Ministros y Consejeros Presidenciales de Ciencia, Tecnología e Innovación del Grupo de los 20” (G20), con el objetivo de trabajar en una agenda de alcance global que impulse el crecimiento económico sostenible e incluyente basado en ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento.

La reunión fue convocada para avanzar sobre las definiciones alcanzadas en la Cumbre de Líderes del propio G20, realizada el pasado septiembre en Hangzhou, China, en la cual participó el presidente Enrique Peña Nieto y donde los países acordaron construir una economía mundial innovadora, incluyente, interconectada y vigorosa.

Poner en la mesa de discusión a la innovación como un elemento central del desarrollo es un enorme logro. Se ha coincidido en una postura: los países innovadores alcanzan mejores niveles de vida y es necesario impulsar políticas públicas para fortalecer las capacidades de la sociedad y crear un entorno adecuado para hacer factible la innovación; se necesitan reforzar los principios de cooperación y sólo compartiendo las mejores prácticas y experiencias será posible detonar una nueva etapa de desarrollo económico global.

Avanzar en el terreno de la innovación y el emprendimiento —expresado por diversos representantes— implica profundizar en una cultura que fomente la creatividad y acepte el riesgo de apostarle a generar nuevos procesos, servicios y productos que lleguen a la sociedad. También se abundó en la relevancia de impulsar programas y motivar a las y los jóvenes a participar en ellos.

En ese sentido —se dijo— el financiamiento resulta un elemento clave y la atención a la incubación de empresas y la creación de empresas de base tecnológica es fundamental. En consonancia, la posición del G20 ha sido considerar a la ciencia y la tecnología, así como a la formación de recursos humanos como elementos fundamentales de la innovación; asimismo, los países ahondaron en reconocer la importancia de la investigación básica como herramienta indispensable para hacer frente a retos globales tales como el cambio climático.

México fue parte de una reunión de gran trascendencia; el desarrollo tecnológico vertiginoso de hoy en día tiene impactos sobre las economías. La cuarta revolución industrial borra fronteras geográficas y del conocimiento en una medida nunca antes vista y ello afecta al empleo y a las estrategias de desarrollo de muchos países, incluidos aquellos emergentes como el nuestro.

Diversas referencias sobre reformas transformadoras y políticas públicas emprendidas por México, sirvieron como ejemplos para concluir que si se busca innovar, es necesario romper inercias y reformular las plataformas de desarrollo.El impulso transformador del gobierno de la República encaja en muchos de los elementos señalados como parte de las estrategias que se discutieron en el G20; muestra de ello es que en los primeros cuatro años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se ha rebasado la inversión histórica presupuestaria en el rubro de ciencia y tecnología y también, por primera vez, México cuenta con una Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación dentro de la oficina de la Presidencia de la República.

El compromiso de México es detonar con mayor fuerza y mediante nuevas ideas el desarrollo de una economía innovadora. Las definiciones alcanzadas en el G20 serán de enorme impacto; marcan una ruta a seguir. Apostarle a los jóvenes, apoyar a las mujeres e impulsar el desarrollo de las diversas regiones del país son retos fundamentales en los cuales México ha avanzado y la vertiginosidad de los cambios a nivel mundial nos exige un esfuerzo todavía mayor.Los representantes de los países participantes en la reunión de Beijing, coincidimos en que debemos lograr un desarrollo económico sostenible e incluyente, que brinde posibilidades de empleo y mejore la calidad de vida de las personas.

México ha traído al escenario nacional nuevos modelos que sin duda fortalecen al país frente a su entorno económico y social. Si el sentir de la comunidad internacional es que la ciencia, la tecnología y la innovación son pilares para el desarrollo armónico, probado está que México se suma a ello y camina por el sendero correcto.