Tras 80 años de control gubernamental en los precios de las gasolinas y el diesel, arrancó el esquema de libre precio al consumidor en 1,035 estaciones de servicio en Baja California y Sonora. Sin embargo, la competencia para atraer clientes sólo se dará a nivel logística del último tramo del transporte de combustibles y en el margen de ganancia de los empresarios gasolineros, detalló la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Esta liberación de precios arrancó con un solo proveedor mayorista: Petróleos Mexicanos (Pemex), que es el único con infraestructura para llevar grandes volúmenes de combustibles a la región. Ni siquiera se logró concluir un proceso de asignación de capacidad sobrante (de 24%) en los ductos y terminales de Pemex Logística para privados.

“El fallo de este proceso (temporada abierta) será en las dos primeras semanas de abril”, dijo Guillermo García Alcocer, presidente de la CRE, en conferencia desde Tijuana.“Aun con el proveedor básico que es Pemex, la competencia se puede dar en los servicios. Si los gasolineros deciden renunciar a una parte de su margen para ganar volumen, lo pueden hacer”, aseguró, “el precio al consumidor comprende el insumo, que se compra a precios de Houston, la logística para llevarlo al punto de almacenamiento, el tipo de cambio y lo que sigue en la fórmula es el espacio que tiene el gasolinero: logística de último tramo y margen de utilidad, ahí podemos ver eficiencias”.

El margen promedio para el gasolinero por un litro de gasolina Magna representa 5.5% del precio final al consumidor que había oscilado en 15.8 pesos por litro en estas regiones. Por tanto, incluso si renunciara a todo su margen (lo que sería imposible además de ilegal en términos de regulación competitiva), un empresario gasolinero podría bajar un peso como máximo la gasolina para competir en el mercado. Además, quienes deseen importar con sus propias pipas desde Estados Unidos lo pueden hacer, aunque esto derivaría en aumentos de hasta 10% del precio final para los consumidores, según los costos calculados por gasolineros.

Pero estas importaciones no se pueden hacer de California a Baja California, por ejemplo, porque las normas ambientales de esta entidad estadounidense obligan que se produzca gasolina con una mayor proporción de etanol, que no es compatible con las normas mexicanas. Por tanto, necesitarían ir a Houston, con los costos que implica.