Como se conoce el arranque del año no fue nada sencillo por la fuerte volatilidad de los mercados, situación que provocó la depreciación de muchas monedas en el mundo, y un mayor debilitamiento del mercado petrolero.

En especial para México la devaluación del peso genera por un tema de carácter cultural una enorme incertidumbre para lo que hace a la toma de decisiones, de ahí el reiterado mensaje de la SHCP de Luis Videgaray, ECONOMÍA de Ildefonso Guajardo y BANXICO que comanda Agustín Carstens, en torno a la relativa fortaleza de nuestro andamiaje macroeconómico. Obviamente si se compara a nuestro país con lo que sucede a Brasil o Rusia, se puede decir que esta “crisis después de la crisis 2008-2009” nos toma mejor situados por la mejora que vive EU, economía que es vital para nuestra actividad.

Pero además hay que reconocer que la sobreoferta en los mercados de las materias primas, incluido el del petróleo, va a permitir amortiguar las presiones inflacionarias que irremediablemente generarán un dólar a 18 pesos.

Amén de energéticos más baratos, hay cantidad de productos petroquímicos que están también en esa circunstancia y que decir de los insumos ligados a la minería o incluso el acero.