Noticia
Golpe al oligopolio
Todo indica que los días de
privilegios y el control en los precios y la distribución del gas LP por parte
de un puñado de familias están contados, y el primer paso de la administración
de Enrique Peña para terminar con este oligopolio se
dio el miércoles pasado, con la orden emitida hacia los distribuidores para
aplicar una reducción de 10% en el precio del kilogramo del energético.
La noticia causó el rechazo inmediato del gremio, sobre todo al interior
de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas
(Amexgas), que lleva Octavio Pérez Salazar,
a pesar de que la medida beneficiará directamente al usuario de un mercado que
consume más de 700 mil toneladas mensuales del insumo.
El disgusto viene por parte de un sector empresarial que, durante los 12
años de administraciones panistas, se convirtió en el consentido del secretario
de Energía en turno, situación que, parece ser, Pedro
Joaquín Coldwell no
tolerará más.
Basta recordar que en los años noventa, el gremio integrado
principalmente por firmas como Grupo Zeta, de Miguel Zaragoza;
Grupo Tomza, de Tomás Zaragoza;
Gas Uribe, de Óscar Uribe Fernández;
Vela Gas, de Lázaro Bello, y
Gas Nieto, de Sergio Nieto,
cerró filas para dar batalla al ingreso del gas natural, el cual vino a
arrebatarles principalmente el mercado de suministro residencial en las zonas
de alto y medio poder adquisitivo.
La conclusión de aquel capítulo fue que, tras diversas amenazas de
desabasto, lograron doblegar a las autoridades y conservar el 70% de un mercado
cuyo valor ronda los 320 mil millones de pesos anuales, al debilitar el ingreso
del gas natural a todo el país, mismo que podría estar ya en la totalidad del
sector residencial, traducido en mejores precios, seguridad y eficiencia
operativa en el servicio para millones de mexicanos.
Ante dicho antecedente, hoy en día el gobierno tiene listo un plan de
acción para combatir las intimidaciones de parte de la Amexgas, la cual asegura
que el nuevo escenario de control de precios causará afectaciones al proceso de
competencia y riesgos en el suministro nacional, algo que se encuentra muy
lejos de la realidad, pues de ser esto cierto, Pemex, de José
Antonio González Anaya, tiene la misión de cubrir de inmediato un
eventual desabasto del energético.
Asimismo, el gobierno federal no permitirá más que las utilidades de los
importadores de gas LP sigan siendo tres veces superiores al costo, por lo que
tiene bien ubicados a los grupos y el modus operandide lo
que bien se podría llamar un “cártel”, situación que ya está también bajo la
lupa de la Comisión Federal de Competencia Económica, que preside Alejandra
Palacios.
Con ello se espera que las más de 400 empresas distribuidoras que operan
en el país, y que se conjuntan no sólo en la Amexgas, sino también en la
Asociación de Distribuidores de Gas LP del Interior (Adigas), de Víctor
Figueroa, y en la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG),
que lleva Luis Landeros,
acaten la medida y compitan sanamente, en beneficio todo esto, por supuesto,
del consumidor final.