Desde que inició el año, los consumidores se mantienen muy atentos a la evolución que muestran los precios de los combustibles y en particular la gasolina.

Esto último no es gratuito si se considera el comportamiento que mostró la inflación en 2017. Los energéticos en particular se elevaron 18% y todavía en enero lo hicieron 7%.

BANXICO, que comanda Alejandro Díaz de León, tuvo que elevar otra vez las tasas hasta 7.50% para controlar gradualmente el fenómeno.

Con la reforma energética que impulsó Enrique Peña Nieto, había la expectativa de que los precios de la gasolina comenzarían a disminuir.

La machacona propaganda oficial contribuyó a confundir a la ciudadanía que hasta ahora no ha visto reflejada en su bolsillo las bondades de los trascendentales cambios.

Si desde noviembre hay apertura total y hoy compiten 33 marcas en la venta de gasolina, se cree que los precios deberían bajar y ubicarse no muy lejos de los que imperan en EU.

Obviamente la liberalización y el mayor número de competidores que hay, además de PEMEX, que dirige Carlos Treviño, no son aspectos suficientes para acceder a tarifas diferenciadas y sobre todo a la baja.

Para ello la red de primera mano debe multiplicarse. La CRE, que comanda Guillermo García Alcocer, estima que se duplicará en los próximos 5 años para llegar a 24 mil estaciones de servicio.

La SHCP que encabeza José Antonio González Anaya eventualmente también tendría que reducir la carga impositiva vía el IEPS.

En cuanto a la logística, en materia de almacenamiento, la SENER de Pedro Joaquín Coldwell, está en proceso de elaborar nuevos lineamientos para que nuestra capacidad hoy de solo 3 días llegue a 5 o 6 días para 2019-2020.

En almacenamiento y distribución la CRE proyecta una inversión de mil 800 millones de dólares.

Únicamente en almacenamiento la dependencia ha otorgado 11 nuevos permisos y hay otros 13 en evaluación para distintas partes del país.

En distribución, ahora además del carro-tanque que no es lo más competitivo, se han otorgado permisos a las firmas ferroviarias como KCSM de José Zozaya; Ferromex de Alfredo Casar; Coahuila-Durango de Alonso Ancira; Ferrocarril del Istmo para que realicen embarques de gasolina.

De igual forma el año pasado, 21 empresas privadas ya fueron avaladas por la CRE para importar gasolina y otras 53 para diésel.

Hay además grandes mayoristas que ya comenzaron a operar en México como es el caso de la holandesa Koch, que ya importa desde septiembre 40 mil barriles diarios de diésel a Veracruz.

Otro actor es Andeavor, antes Tesoro, que hace lo propio desde octubre a BC, así como Exxon, que lleva aquí Enrique Hidalgo, y que importó en diciembre 60 mil barriles de gasolina por carro-tanque a SLP.

Este mes se suma la suiza Glencore, que preside, Iván Glasenberg, que importará combustible por Dos Bocas, Tabasco, y a finales del año igual llegará la influyente texana Valero Energy  que preside Joseph W. Gorder, y que importará diésel y gasolina a Veracruz, Tamaulipas, NL, SLP, CdMx vía buque con el soporte de IEnova, que preside Carlos Ruiz Sacristán.

Así que percepciones aparte, habrá que dar tiempo al tiempo para que el proceso evolucione con todos estos actores y otros que están en camino para ahora así acrecentar la competencia.