Con la llegada de José Antonio González Anaya a PEMEX, no sólo se terminarán los desencuentros sobre cálculos y programas, pues si hay alguien que tiene conocimiento claro de su situación financiera es él. Lo que me extraña son esas raras versiones de “desencuentro” que dicen que existe entre el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, pues no sólo hay respeto, sino que podría decir que hay amistad sin subordinación. Y es notable.

Lo mismo sucede con José Antonio, que no duda en decir qué se tiene que hacer, pero también entiende que la línea entre las finanzas de PEMEX y las finanzas públicas es muy delgada. Como le dije, el desafío por delante es lograr que el déficit de PEMEX no se descalce. Tiene autorizado en este primer año de transición hasta 155 mil millones de pesos, pero ante la caída de precios, se tendrá que hacer un esfuerzo de reducción de costos operativos adicionales y también de reducción de gastos.

Hoy sería difícil que en la subsecretaría de Ingresos, o en la subsecretaría de Hidrocarburos o en la CNH, pusieran en duda los cálculos de José Antonio González, porque además de sorprender a más de uno por sobrada lealtad e institucionalidad, conoce a todos y cada uno de los integrantes del equipo porque o fueron subordinados y/o amigos.

En cuanto a las declaraciones del Gobernador Agustín Carstens respecto a que es necesario realizar un ajuste presupuestal en PEMEX, y anticipar un ajuste fiscal para 2017 considerando un escenario realista de precios del petróleo a la baja, no implica una desavenencia o descoordinación con Hacienda, sino que han coincidido las dos autoridades responsables de la estabilidad macroeconómica de México que para que ésta se sostenga, debe haber coordinación plena con PEMEX. Llevan semanas trabajando. El programa de ajuste lo revisará José Antonio, no dude que le dé gradualidad, pero al fin y al cabo, PEMEX tiene hoy un marco legal distinto y es, sin duda, la empresa más importante para el país y para las finanzas públicas.