
Acuerdos políticos o acuerdos educativos
Después de un año en que se convino la
extinción del Sindicato Mexicano de Electricistas, encabezado por Martín
Esparza, en el que participaron coordinadamente la Secretaría
del Trabajo, de Alfonso Navarrete,
el subsecretario de Gobierno, Luis Miranda, y
los representantes del secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, no se ha aplicado ningún peso del supuesto fondo que
se constituyó en 2009 para reservar las liquidaciones no aceptadas por cerca de
14 mil 500 trabajadores cuando la administración de Calderón decidió liquidar Luz y Fuerza del
Centro.
El acuerdo se cerró en agosto del año pasado y ni cuentas, ni
aportaciones a Banorte, de Marcos Ramírez, ni
devolución del ISR para realizar la aportación de cada trabajador convertido en
socio a la cooperativa El Fénix para asociarse con la empresa portuguesa
Mota-Engil, que representa en México Joao Pereira, para
operar las 14 plantas hidroeléctricas pequeñitas y cuatro centrales de ciclo
combinado que quedaban en activos obsoletos a la extinta compañía y se han
mantenido bajo administración de la Comisión Federal de Electricidad.
Es un tema que de tardarse en resolver, volverá a la calle y a la
política partidista, en una coyuntura en la que sumarle más leña al asador,
resulta mezcla peligrosa.
Tome en cuenta que los integrantes de la CNTE no están buscando un
acuerdo educativo, sino cómo reinsertarse en el cobro de la nómina escolar.
Tiempo atrás le comenté que al instituirse el FONE, en 2014, y hacer el
tránsito de la administración de las nóminas magisteriales estatales para que
sean pagadas por la Federación, se eliminó el pago de cheques y, con ello, el
pago discrecional de nóminas para “control político” —lo del fondeo para la
maquinaria de movilización política de una diversidad importante de
“organizaciones” sociales, mediadoras de paz y movilizadoras de todo tipo de
defensorías sociales para obtener fondos.
Hoy, la negociación del subsecretario Miranda está centrada en ese tema, pues
independientemente de la liberación de líderes y otros temas no menores, se
busca recuperar control de recursos, pero la Federación no está cediendo un ápice
en el tema de transparencia presupuestal de la nómina educativa.
De ahí que están movilizando constantemente activistas que generan miedo,
que utilizan estrategias de “insurrección” y reto a gobiernos estatales y
federal, para poner en jaque a la estructura económica.
Vea el caso de
Michoacán, donde la situación de bloqueo de 168 trenes está generando un
impacto grave en la cadena logística, de producción de acero,
electrodomésticos, automotriz y de la construcción. No le extrañe que parte de
la desaceleración que está mostrando la economía mexicana, encuentre buena
explicación en esos impactos.
El Modelo Educativo, dicen bien, es lo que menos le importa a la CNTE.
Cuando hablan de regularizar nóminas en las normales rurales, a jubilados y
pensionados en la CNTE, no hablan de maestros con clave que pueden ser pagados
por transferencia bancacaria, ni regularización del derecho adquirido para los
maestros que realizaron Carrera Magisterial (derecho adquirido previamente a la
evaluación y a 35 por ciento de Mejores Promedios, pues se cubre hasta la
jubilación).
La única forma de pagar a maestros es que éstos sean identificados como
tales, con aula y grupo de alumnos, así sea multigrado, pues de lo contrario
tendrán que encontrar caminos poco institucionales para satisfacer el fondeo
del clientelismo político, ¿o no?