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Transición energética depende de impulso en electrificación

Transición energética depende de impulso en electrificación

El cambio en la composición de la demanda energética mundial dependerá principalmente de la reducción de hidrocarburos y el impulso de la electrificación y otras tecnologías más amigables con el medio ambiente. De acuerdo con el BP Energy Outlook, la tendencia en el cambio energético se basa en cuatro ejes: la disminución gradual de los hidrocarburos; un rápido crecimiento de las energías renovables; la electrificación del mundo; y el desarrollo y uso del hidrógeno para actividades difíciles de electrificar. 

El análisis sobre el futuro energético señala que el papel de los hidrocarburos disminuye a medida que el mundo hace la transición a fuentes de energía con menos carbono y afirma que en todas las perspectivas se muestra que esta sería la primera vez en la historia moderna que se observa una caída sostenida en la demanda de cualquier combustible fósil. 

Asimismo, el ritmo al que la energía renovable penetra en el sistema energético global es más rápido que cualquier combustible fósil anterior. Angélica Ruiz, vicepresidenta para América Latina de BP, explicó que el futuro de los hidrocarburos es migrar a una producción más sostenible, por lo que las empresas petroleras migran a ser empresas integrales en soluciones de energía. 

La transición energética en la parte de hidrocarburos sigue siendo una parte medular en la mayor parte de las economías, pensamos que la producción de hidrocarburos ahora tiene que enfocarse al dilema energético que son hidrocarburos sustentables, con menos emisiones y accesibles, explicó durante la presentación del informe. 

Las energías renovables se expanden rápidamente, compensando el papel decreciente de los combustibles fósiles. 

Tan solo la participación de las renovables en la energía primaria mundial se espera que aumente entre un 35 y un 65 por ciento para 2050, impulsadas por la mejora en la competitividad de costos de las energías renovables y la creciente prevalencia de políticas públicas que fomentan un cambio hacia la energía baja en carbono, añade el documento.