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Pemex se prepara para reportar la peor crisis de su historia.
La petrolera más endeuda del mundo, y que se convirtió en
el mayor ángel caído de la historia al perder el preciado grado de inversión
por parte de las calificadoras , se prepara para presentar sus resultados al
primer trimestre del año en medio de una crisis petrolera internacional que
parece mover, aunque sea unos centímetros, los planes de la administración de
Andrés Manuel López Obrador.
Pero el torbellino de precios ante la caída mundial de la
demanda no ha trastocado el fondo de las ambiciones del gobierno ni de Pemex.
La firma que dirige Octavio Romero Oropeza mantiene firme su ideal de buscar la
soberanía energética antes que la rentabilidad, lo que la pone en ruta de
sufrir las mayores pérdidas en su historia, advierten analistas del sector.
La empresa arrastra una fuerte caída registrada apenas el
trimestre pasado al cerrar con una pérdida de 346,000 millones de pesos , 91.8%
anual más que en 2018. Unos datos negativos que se dieron en un entorno con
precios del petróleo más positivos y sin una crisis económica como la que se
vive ahora. A la compañía, que presentará sus resultados al primer
trimestre este jueves, le ha tomado casi dos meses para admitir que requiere
recortes en su presupuesto para afrontar el desplome de los precios
internacionales del petróleo, que han sucumbido a las sombrías expectativas del
impacto del coronarvirus en la economía mundial.
El corporativo de finanzas de Pemex, a cargo de Alberto
Velázquez, avisaba el 21 de abril a Pemex Exploración y Producción de la
necesidad de recortar en 40,500 millones de pesos su gasto este año, el
equivalente al 15% de su presupuesto, como una medida de ahorro para afrontar
este vendaval. La compañía suma a este recorte el beneficio fiscal por
65,000 mdp por parte de la Secretaría de Hacienda a través de un crédito
fiscal, y el cobro de la cobertura petrolera por 7,540 mdp. Con ello, acumula
113,040 mdp en medidas dirigidas a que tenga un mayor flujo de caja para este
año. La empresa, además, busca reducir costos al pedir de manera
“voluntaria” a sus altos mandos una reducción del 25% en sus salarios hasta
diciembre. Aún se desconoce en cuánto contribuirá esta iniciativa a las
expectativas de ahorros de la empresa.
“Los analistas en general queremos entender dos cosas: La
velocidad y la profundidad para atender a la crisis (…), ver qué puntos de tu
estrategia estás dispuesto a sacrificar para reaccionar al contexto”, dice
Pablo Zárate, especialista de la firma FTI Consulting. Pero todas estas medidas parecen insuficientes para confiar
en que la empresa logrará mitigar el impacto de la crisis energética y
sanitaria.
El rumbo de la empresa y de la política energética del gobierno
apunta a una meta donde producir más productos, como crudo o combustibles, está
por encima de generar utilidades o, al menos, reducir las pérdidas. “Por sí solo el panorama es casi de un cataclismo. Pero si
le agregamos la situación que arrastra la empresa, que es la más endeudada del
mundo, es difícil imaginarse una tormenta más perfecta para Pemex” , dice
Adrián Calcaneo, analista de la consultora IHS Markit. Pemex esperaba llegar a este reporte de sus finanzas en los
tres primeros meses del año con un precio del petróleo que rondara al menos los
49 dólares por barril, según las estimaciones que se hicieron a finales del año
pasado.
Pero la pandemia del coronavirus ha destruido por completo esa
expectativa. Aunque enero aún superó esta cifra con 53.90 dólares por barril,
para febrero ya estaba por debajo con 45.39 dólares y en marzo cerró en 23.37
dólares por barril. “El primer efecto que veremos será cómo han impactado la
caída de precios a los ingresos de Pemex, que venían con cierta debilidad
incluso desde noviembre; y donde la producción de petróleo de la empresa se ha
mantenido casi sin cambios ”, apunta Gonzalo Monroy, director de la consultora
GMEC. Pemex contrató un seguro sobre 243,000 barriles promedio
diario para proteger parte del precio que esperaba para este año, pero la
cobertura ha mostrado que será insuficiente para cubrir el hueco que dejará en
sus ventas, debido a que tienen un límite en el valor a pagar por quienes
aceptaron la apuesta.
La reducción en las inversiones en su presupuesto tampoco
parecen suficientes si se comparan con las realizadas por las grandes
petroleras del mundo que han aplicado correctivos más severos tanto a nivel de
gasto en capital como en recorte de personal, apunta Calcaneo.“Queremos conocer cómo se van a aplicar estos recortes,
además de cómo van a recortar la producción. Si van a sacrificar campos porque
son fáciles de prender y apagar, o porque son los más costosos de operar”, dice
Zárate.
La compañía aún debe detallar cómo aplicará el recorte de
40,500 mdp a su brazo más rentable, el de exploración y producción, porque
además existe el compromiso de reducir la extracción de crudo en 100,000
barriles diarios a partir de mayo por los acuerdos a los que llegó México con
los mayores países exportadores de petróleo a inicios de este mes.
El plan de incrementar la capacidad de refinación también
preocupa a los especialistas porque en el pasado Pemex ha presentado fuertes
pérdidas en este negocio. “Hay que fijarse en el margen variable de refinación de
Pemex. Si bien en marzo es cuando se empieza a salir de control la crisis, en
el cuarto trimestre de 2019 ya era negativo y tenía perdidas por cada barril
que procesaba”, dice Monroy.
El gobierno prometió que iba a aumentar la refinación de
crudo en su sistema de refinerías en 400,000 barriles, para llegar a casi un
millón en los próximos meses. Pero este plan puede exacerbar la producción de
combustóleo, un subproducto de este proceso con poco valor en el mercado y que
ha causado pérdidas millonarias a Pemex en el pasado.
La petrolera estatal perdió el grado de inversión a inicios
de este mes, convirtiéndose en la empresa con un mayor volumen de deuda en caer
de este nivel en la historia. Y se enfila a presentar uno de sus peores
resultados trimestrales en su historia moderna.
Pero los analistas coinciden en que estos primeros tres
meses del año pueden ser solo el inicio de un caída aún más dura ante las
perspectivas de una compañía que arrastraba fuertes problemas, con una
estrategia muy cuestionado, y con una crisis petrolera que promete extenderse
durante todo el año.