
Pemex pierde franquicias, pero vende más gasolina
Pemex cuenta con menos gasolinerías operando bajo su marca,
pero está vendiendo más combustible a través del suministro a la competencia,
de acuerdo con información de la agencia PetroIntelligence.
En el territorio nacional, las estaciones de servicio con
una marca diferente a la petrolera estatal sumaron 5 mil135 al cierre de agosto
pasado, lo que equivale a 38% de todas las gasolinerías del país, una cifra
mayor a la del inicio de 2019, cuando 30% fueron gasolinerías de marcas
distintas a Pemex y recién iniciaba la actual administración.
Fue en el sexenio pasado cuando la regulación permitió a las
empresas privadas construir marcas y colocarlas en el mercado, aunque en
algunos casos el combustible es provisto por Pemex, debido a la falta de
permisos de importación.
Sin embargo, las cifras de la misma agencia especializada en
el sector gasolinero apuntan a que la petrolera está más interesada en
recuperar el mercado mayorista de la venta de combustibles que el número de
estaciones, pues las autoridades permitieron que 346 marcas se establecieran en
México para competir con la empresa que dirige Octavio Romero Oropeza.
“Aunque el número de estaciones con marca Pemex ha venido
creciendo y recuperando poco a poco el terreno, es verdad que desde 2018 la
petrolera ha perdido espacio, pero donde recuperó más participación es en el
mercado mayorista, donde vende combustibles a estaciones de servicio que tienen
otras marcas”, dijo Alejandro Montufar, director general de PetroIntelligence,
en entrevista con EL UNIVERSAL.
Se reactivan permisos
La Fotografía del sector gasolinero en México, documento
elaborado por PetroIntelligence con información al cierre de agosto, indica que
actualmente hay 8 mil 330 estaciones con la marca Pemex; 564, de Mobil; 497, de
G500, y 476, de BP.
Lo que es una realidad es que se están agregando más estaciones
de servicio en todo el país, al considerar que la Comisión Reguladora de
Energía (CRE) otorgó 274 permisos de expendio solamente de enero a agosto de
2023, lo que apunta a ser el mejor año desde 2016.
Sin embargo, anteriormente todas las autorizaciones eran
para la petrolera mexicana y sus inversionistas asociados.
Los gasolineros que están agrupados en la Organización
Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) externaron preocupación por los
rechazos de las solicitudes de permisos ante los problemas de inflexibilidad de
parte de la CRE.
Detrás de esto se encuentran los problemas de gestoría de
las empresas, pues no presentan los documentos requeridos en su totalidad; no
obstante, la autoridad no ha aclarado y divulgado las reglas para la presentación
de archivos, manifestaron los empresarios en la convención de la Onexpo que se
llevó a cabo en junio. Un caso emblemático fue el rechazo de Bimbo en julio, al
querer establecer dos estaciones para autoabasto en León y Chihuahua.
Apuesta por el mayoreo
A diferencia de las gasolinerías, Pemex está creciendo en el
negocio mayorista para vender el combustible que requieren en sus estaciones
las marcas ajenas.
Datos de la Secretaría de Energía indican que cerca de 80%
del combustible que se comercializa es elaborado por Pemex o importado por la
petrolera, donde también algunas empresas traen sus combustibles para venderlos
a automovilistas y transportistas mexicanos.
En este negocio, Pemex aumentó su participación durante la
actual administración, pues ahora la petrolera importa y vende gasolinas con
aditivos como lo piden las marcas, pero además aprovecha estrategias
comerciales al comerciar a menor precio por volumen con el apoyo de la
Secretaría de Hacienda, explicó Montufar.
La importancia del prestigio
En el negocio de las gasolinerías, el prestigio de las
marcas ha cobrado más valor que antes, cuando sólo existían estaciones de una
sola empresa, porque hay personas que tienen la posibilidad de elegir a cuál
acudir si tienen dos o más cerca.
Sondeos realizados a clientes indican que aún existe la
sensación de que algunas estaciones venden litros incompletos y esto puede
definir la decisión, más que el precio.
“He llevado mi garrafón de cinco litros para comprar
gasolina y limpiar piezas de los mismos coches, y en la estación te dan 4.7 o
menos cuando pagas cinco. Ahí se ve que te venden litros incompletos, que le
sacan dinero a los consumidores y yo me doy cuenta cuando voy con el garrafón
que trae las medidas.
“Es muy difícil saber eso cuando sólo vas a la estación y
pides, pues el coche no te indica que te dan incompletos, pero cuando se pasan,
que es mucha la diferencia, sí se nota y la gente deja de ir. Esto lo he visto
en una gasolinera Pemex que está vacía y sólo una avenida después está una Repsol
con muchos más coches”, dijo Juan García, mecánico en el Estado de México.
El problema de los litros incompletos no es nuevo, pero con
la tecnología y sensores comenzó a materializarse la sensación de la población
de que las bombas pudiesen estar alteradas. La empresa TDR Transportes comenzó
a instalar en sus unidades sensores que determinaban si los litros de diesel
despachados estaban incompletos. En 2021, los resultados de la compañía
arrojaban que 12% de las estaciones vendían con irregularidades.
“Pienso que es más un tema de los que administran las
gasolinerías, porque puedes ir a una Pemex que venda el litro un poco más caro
que la otra de la misma marca, pero si notas que sube más la aguja que en otra,
entonces ya vas tomando una decisión.
Empresarios
acusan que problemas de fondo persisten
La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo)
pide piso parejo en el negocio de las gasolinerías, pues asegura que los
problemas de fondo persisten.
“Siguen sin desvanecerse las sombras que proyecta el mercado
paralelo o clandestino de refinados”, señaló Jorge Mijares Casas, presidente de
la organización en la introducción de la revista bimestral de la Onexpo de
septiembre-octubre de este año.
En este sentido, los gasolineros que se han quejado de dos
principales fenómenos: el huachicol, que es la extracción por pinchaduras a los
ductos de petrolíferos y la consecuente venta ilícita de los productos.
Otro fenómeno es el huachicol fiscal, que es la importación
de petrolíferos, gasolinas o diesel, con una fracción arancelaria que paga
menos al erario y permite a quien introduce los productos, vender a menores
costos que si se hace legalmente.
“Se estima que en este mercado hasta 30% de los petrolíferos
que se comercializan provienen de fuentes de origen ilegal o ilegítimo. Por lo
que esto, desde luego, más la inédita carga regulatoria por la que pasa el
sector, desincentiva la inversión, la cual se requiere en México, solamente al
considerar que hay más 200 municipios sin una sola estación”, aseguraron
fuentes del sector que pidieron el anonimato.
El potencial del sector en México es amplio para las inversiones,
de acuerdo con los García, de Valero Energy, pues en una situación de expansión
y de superarse los retos, hay espacio para que se puedan instalar desde 3 mil
hasta 20 mil estaciones más y por cada una la inversión asciende a un millón de
dólares.
“Es verdad que México puede tener un rezago en estaciones si
se compara con Estados Unidos, pero está en un nivel similar a países de
América Latina; además, hay que pensar que son negocios y no pueden dejar de
ser rentables, por lo que el mercado avanza al nivel de la demanda”, explicó
Alejandro Montufar, director general de PetroIntelligence.