
La jugada del gobierno para convertir deuda de Pemex en deuda soberana
El gobierno mexicano podría llevar a cabo en los próximos
meses toda una estrategia tendiente a disminuir la deuda de la emproblemada
empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), utilizando un mecanismo suigéneris
que le permitiría convertir parte de la deuda petrolera en deuda soberana y
quitarle a Pemex el título de “la empresa petrolera más endeudada del mundo”.
hecho, parte de la estrategia ya fue adelantada en días
pasados por el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, así
como por la Secretaría de Hacienda y el propio director general de Pemex.
Financiar deuda privada con deuda soberana
El gobierno federal adelantó que seguirá apoyando a Pemex en
sus finanzas, a pesar de que recientemente Moody´s rebajó la perspectiva de la
deuda de la empresa a negativa desde estable, lo que quiere decir que en
cualquier momento puede degradar la calificación de Pemex.
La solución planteada fue la absorción de la deuda de Pemex
(compromisos y vencimientos) por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP). Esto fue mencionado por el propio director general de la
petrolera, Octavio Romero Oropeza y secundado después por la institución
hacendaria, pero en medio de la vorágine informativa, pareció pasar de noche.
En los hechos, una parte de la deuda de Pemex podría ser
convertida en deuda soberana; es decir, que el país compre dicha deuda. La
razón de fondo y también lo dijo Romero Oropeza, es reducir los costos, ya que
la deuda soberana de México se cotiza entre 5% y 5.5%, frente al costo de la
deuda privada que se ubica en 11 por ciento, es esta última tasa la que debe
pagar, a final de cuentas, el gobierno para refinanciar la deuda de Pemex en
sus balances convertidos a pesos.
Pemex deberá pagar entre lo que resta de 2023 y todo 2024 un
total de 15,500 millones de dólares: alrededor de 4,600 millones en los
próximos meses de este año y 10,900 millones a lo largo de 2024.
Estos 15,500 millones de dólares serían tentativamente los
que se convertirían en deuda soberana. Solamente que hay un problema: la
legislación vigente no permite este tipo de operaciones. Legalmente, México no
puede absorber deuda privada, incluso de empresas estatales o paraestatales.
Sin embargo, no se descarta el inicio de alguna negociación
política entre las diversas fuerzas en el Congreso para realizar las
modificaciones necesarias y llevar a cambio esta operación.
¿Por qué no se hizo antes?
En los años previos, hacer algo así no era posible ya que,
además del impedimento jurídico, las tasas en el mercado estaban muy similares
e incluso el costo de la deuda privada llegó a estar más bajo, por lo que no
tenía sentido. Pero ahora con la escalada de las tasas, es una transacción que
bien podría generarle beneficios al país.
¿Cómo impactaría?, ¿degradarían la calificación de
México?
La otra pregunta relevante es sobre qué sucedería con la
calificación de México, toda vez que el nivel de su deuda subiría en 15,500
millones de dólares.
En primera instancia, pareciera que la operación pondría a México
y su deuda soberana en una situación comprometida al absorber parte de la deuda
de Pemex. La petrolera tiene un endeudamiento externo total de 104,000 millones
de dólares, si el gobierno convierte a deuda soberana 15,500 millones estaría
absorbiendo prácticamente el 15 por ciento de la deuda total de la petrolera.
Si todo lo anterior sucede, la deuda soberana de México
pasaría de tener una relación actual de 40.8 por ciento como proporción del PIB
(Deuda externa/ PIB), a una de 41.9 por ciento.
¿Eso es poco o mucho? La respuesta la proporciona el Fondo
Monetario Internacional y las principales agencias calificadoras, quienes
señalan que en el mismo nivel de grado de inversión en el que se encuentra
actualmente México el promedio de la proporción Deuda externa/PIB se ubica en
53 por ciento.
Es decir, el promedio de México estaría todavía muy por
debajo del promedio del grado de inversión que en este momento tiene México.
Pemex ya no sería la petrolera más endeudada del mundo
El país, y específicamente las finanzas públicas, tienen
margen para llevar a cabo una operación inédita: convertir deuda de Pemex en
deuda soberana.
Además de los argumentos y beneficios que hemos señalado,
habría uno adicional: si el gobierno actual logra concretar esta operación,
entregaría al final de su periodo, en septiembre del año siguiente, a quien los
suceda, la segunda petrolera más endeudada del mundo toda vez que la deuda
total de Pemex pasaría de 104,000 a 88,500 millones de dólares, dejando en el
primer y nada prestigiado sitio al gigante petrolero global Saudi Aramco, a
menos que esta empresa hiciera algo de aquí a entonces para rebajar su deuda
total de 92,000 millones de dólares con la que cerró en el primer semestre de
este año.
Pareciera un logro mínimo, pero sería un gran avance
considerando las condiciones en las que se ha desempeñado la petrolera estos
años y la economía en general.