Ayer, las redes sociales en México se encendieron con la tendencia #Gasolinazo, evidenciando la preocupación generalizada por el brusco aumento en los precios de los combustibles. Santiago Arroyo, CEO de Ursus Energy, compartió su análisis con Surtidores Latam, explicando a detalle las razones detrás de este impactante incremento.

Según Arroyo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicó un acuerdo la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación, que implicó significativos cambios en los estímulos fiscales para el primer mes del año 2024. 

El mismo no solo contempló un marcado aumento en el impuesto especial sobre producción y servicios aplicado a los combustibles líquidos como gasolina, diésel, gas LP, propano, y butano, sino también la eliminación total del estímulo fiscal.

“En términos concretos, la tasa del impuesto experimentó una suba sustancial, elevándose en promedio a seis pesos con 50 centavos para los tres tipos de combustibles mencionados. Este incremento es significativo comparado con el año anterior, cuando la tasa se mantenía en torno a cinco pesos con algunos centavos”, explicó Arroyo.

El especialista agregó que la suspensión de los estímulos fiscales, los cuales anteriormente funcionaban como una suerte de subvención para evitar aumentos abruptos en los precios al consumidor, agravó aún más la situación.

Al respecto, señaló que este ajuste fiscal no solo afectará a los consumidores en general, sino que golpeará especialmente a regiones donde las tarifas de los combustibles ya eran históricamente altos, como en el sur del país, incluyendo estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, así como en la Ciudad de México y la zona metropolitana del Valle de México. “En estos lugares, ya se observan precios de gasolina premium alcanzando los 30 pesos, mientras que la gasolina regular roza los 28 o 29 pesos”, relató.

Arroyo también hizo hincapié en la falta de medidas regulatorias que permitan una mayor competencia en el mercado de combustibles. Señaló que la Comisión Reguladora de Energía no está emitiendo permisos para ampliar la oferta de productos petrolíferos ni permitiendo la entrada de nuevos actores en el mercado, lo que contribuye a la escasez de opciones y a una presión adicional en los precios.

“La combinación de las medidas fiscales y regulatorias, junto con las políticas tributarias recientemente implementadas por el gobierno federal, está generando un malestar generalizado entre la población mexicana”, sostuvo.