
Energía en México, conclusión del 2022 y retos del 2023
Este 2022, hasta el 3er trimestre, el comportamiento de
nuestro sector energía se caracterizó por el repunte de la demanda interna y
por los altos precios de los energéticos de exportación y de importación,
aunque una vez más con un saldo negativo en la balanza comercial,
principalmente por las compras de productos refinados y de gas natural. En cuanto a la oferta nacional de energía, en el 3er
trimestre la extracción de crudo y condensados de Pemex y contratistas fue de
1.78 millones de barriles diarios (MMBD).
El aumento durante el año ha sido
marginal a pesar de la producción adicional de 36 nuevos campos que debieron
compensar el descenso en los yacimientos maduros. Para cerrar 2022 con 1.8 MMBD
será necesario producir aún más en los nuevos yacimientos, de donde Pemex
estima que se pueden obtener 522 mil barriles diarios (MBD).
Por lo que toca a
la producción de los contratistas, en octubre 2022 su extracción alcanzó 113
MBD. El reto del conjunto del sector petrolero para 2023 será similar, además
de que deberá mejorar la tecnología para producir crudos extrapesados, o en
aguas profundas o en proyectos de recuperación secundaria, por lo que los
resultados dependerán de inversiones en exploración y producción (E&P) que
se hayan concretado este 2022. Al respecto, Pemex anuncia que en esta
administración ha ejercido una inversión acumulada de MX$ 317 MMM y que ha
reducido su deuda desde 2020.
Al cierre de octubre de 2022, Pemex tuvo ingresos por MX$
635 MMM, con gastos de MX$ 529 MMM y pago de deuda por MX$ 114 MMM, lo que
indicaría una pérdida de MX$ 9 MMM.
Este resultado contrasta con las inusuales
utilidades de las petroleras internacionales. Cabe señalar que, al cierre del
año, la deuda de Pemex se estima en MX$ 2.13 billones, equivalente al 7.3% del
PIB. “…al cierre del año, la deuda de Pemex se estima en MX$ 2.13
billones, equivalente al 7.3% del PIB”. La producción de petróleo crudo en su mayor parte se ha
destinado al muy bien pagado mercado internacional. Por ejemplo, en septiembre
se exportaron 1.02 MMBD. Si bien para Pemex la E&P genera beneficios, los
refinados causan pérdidas. Entre enero y septiembre Pemex TRI tuvo pérdidas por
MX$ 62 MMM. Adicionalmente, el gobierno dejó de recaudar MX$ 270 MMM al
subsidiar el IEPS de las gasolinas y el diésel.
Las seis refinerías nacionales operan al 49% de su
capacidad. Para alcanzar mayor utilización y eficiencia se necesitará concluir
numerosos proyectos en cada una. De ellas se obtuvieron 875 MBD de
petrolíferos: 32% en combustóleo, 28% gasolinas, 14% diésel, 11% gas LP y el
15% de otros productos. La refinería Olmeca, en anuncios del gobierno, hacia
mediados de 2023 podrá emplear su capacidad de 340 MBD para obtener 170 MBD de
gasolina y 120 MBD de diésel de ultra bajo azufre. En tanto, la refinería de
Deer Park efectivamente está funcionando y con utilidades. Entre enero y septiembre, el consumo de petrolíferos aumentó
en 20% para llegar a 1,320 MBD, entre los que destacan 675 MBD de gasolinas, de
las cuales 60% fueron importadas, y 315 MBD de diésel con 62% proveniente del
extranjero. En ambos mercados Pemex ha consolidado su control al abastecer al
89% de las 13,079 gasolineras del país, a pesar de tener problemas para
conservar la propiedad o franquicia de sus propias estaciones. Por otra parte,
persiste el robo, o “huachicol”, sobre el que se reportan 30 mil puntos de
venta clandestina.
El nivel de almacenamiento de petrolíferos disponible se ha
visto afectado por decisiones de la CRE y otras autoridades, por lo que 21.3
MMB de capacidad privada se encuentran detenidos. Para suplir, Pemex ha
rehabilitado tanques de almacenamiento en sus refinerías. El gas LP vive su propia crisis por los altos precios
internacionales que han requerido de MX$ 26 MMM de subsidio gubernamental, pero
también porque la CRE se ha atrasado en la actualización de permisos para los
vehículos de reparto del energético.
Asimismo, se han reportado conflictos
entre los repartidores y vendedores ilegales, además de los ajustes para
acomodar la oferta del Gas del Bienestar. Respecto a la turbosina, el consumo
anual aumentó 33%, alcanzando 56 MB en el 3er trimestre.
PMI importó el 65%.
Hacia 2023, el mercado espera turbulencia, ya que clientes clave como Aeromar,
Mexicana, Interjet y Aeroméxico viven momentos de reacomodo en su entorno. Relativo al gas natural, la demanda se proyecta hacia los 12
mil millones de pies cúbicos por día (MMMPCD) en 2030.
Por hora el consumo a
septiembre de 2022 fue de 8 MMMPCD, cubierto en 83% con gas importado, ya que
la producción nacional, excluyendo la quema y el nitrógeno, fue de 4.2 MMMPCD,
a lo que hay que restar el autoconsumo petrolero que es de 2.8 MMMPCD. Para
2023 Pemex considera viable aumentar la producción en los campos Quesqui e
Ixachi, además de estar en conversaciones con New Fortress Energy para
desarrollar el campo Lakach en aguas profundas. Pensamos que también debería
considerar reducir las emisiones fugitivas de gas metano, tanto en ductos como
en campos.
En 2023, sin embargo, el abasto seguirá dependiendo del gas
proveniente de EE.UU. aunque a precios al alza hacia US$ 6/MMBtu, por
dificultades en la producción de lutitas, además del surgimiento del consumo en
América del Norte y de sus exportaciones de GNL a países europeos para suplir
el desabasto de gas ruso.
La insuficiencia nacional en el almacenamiento operativo y
estratégico de gas natural sigue siendo el talón de Aquiles para el crecimiento
de la demanda. El proyecto de contar con cinco días de inventarios podría
resolver contingencias nacionales de corto plazo o de una localidad, pero aun
en esos casos, la capacidad de almacenamiento debe formar parte de una
estrategia de producción nacional y de diversificación de abasto en las
importaciones. Una idea entre varias previstas es llevar GNL a varios puertos
del país. Considerando almacenes en tierra y subterráneos bien distribuidos en
puntos de importación y consumo, las inversiones necesarias serán de miles de
millones de dólares, además del costo de los inventarios.
El sector eléctrico es un capítulo aparte por el aumento en
sus ventas (MX$ 470 MMM al 3er trimestre de 2022), de sus pérdidas (MX$51 MMM),
los subsidios a sus tarifas (MX$ 69MMM), sus deudas (MX$ 468 MMM), proyectos de
inversión (MX$ 516 MMM planeados entre 2022 y 2026), por sus complejas
relaciones con empresas de electricidad y de gas natural, y por el conflicto
regulatorio que el gobierno mantiene con los privados, al grado de invocar
desacuerdos en el marco del T-MEC al límite de traducirse en paneles que
resuelvan sanciones contra México. La preocupación es que la capacidad de CFE
resulte insuficiente para cubrir las crecientes necesidades de la industria exportadora,
ahora que parte de la ubicación de la producción global se desplaza de China a
México.
La diversificación de CFE a la comercialización de gas natural y
capacidad en ductos es un giro interesante que puede ayudar a la construcción
de las ya anunciadas 15 centrales de generación a base de gas natural (4.4 GW),
además de la actualización de 13 hidroeléctricas, una gran fotovoltaica y una
pequeña planta a base de geotermia, lo que –según la CFE– representaría
inversiones por US$ 9 MMM. Parece entonces que 2022 terminará como un año que traía
oportunidades pero que no fueron cabalmente concluidas o aprovechadas por
obstáculos externos e internos. Antes del cierre de 2022, Pemex debe pagar US$
11.3 MMM en deuda, o refinanciarla, pero a tasas de interés posiblemente
superiores a 10%.
En el contexto general, la mayor observación recae en la
exploración y producción, ya que el nivel de extracción de crudo de Pemex se ha
sumido en un valle de 1.45 MMBD y la de gas natural en 4 MMMPCD. Las reservas
probadas de ambos tocan bajos niveles, preocupantes a pesar de que con cierta
frecuencia se anuncian hallazgos y prospectos interesantes. 2023 deberá ser un
año de altas inversiones y grandes esfuerzos para salir del trance en que nos
encontramos.
En el sector eléctrico, el gobierno ha prometido que en lo
que resta de la presente administración se impulsarán iniciativas conjuntas con
EE. UU. y Canadá por US$ 40 MMM para proyectos de energía renovable a
realizarse antes de 2030 y alcanzar la meta de 35% de reducción de GEI. En breve, hacia 2023, Pemex y la CFE seguirán recibiendo
recursos federales representando el 11% del presupuesto, o aproximadamente el
3% del PIB, además de aportaciones patrimoniales para consolidar sus posiciones
financieras e incrementar su capital.
El año entrante también nos esperan otro tipo de retos, en
parte ligados al complejo entorno internacional de bajo crecimiento económico,
que seguirá afectando a México en cuanto a inflación, tasas de interés y tipo
de cambio. Sin embargo, las oportunidades para México dependerán de las
inversiones en la industria de exportación.
Una fuerte expansión en las
energías renovables será indispensable para nuestro complimiento con
compromisos internacionales, y para satisfacer los requerimientos de las empresas
extranjeras que al implantarse en México necesitarán que su abasto de energía
sea compatible con los criterios de ASG y de Cero Emisiones.
Sin embargo, la
política energética actual se ha alejado del marco legal y regulatorio
establecido en 2013 para atraer inversión privada al sector, por lo que parece
difícil esperar que en 2023 se restablezca y actualice dicho marco.
Para finalizar, durante 2023 será importante observar los
siguientes puntos clave:
1.- Negociaciones del T-MEC en energía y consecuencias por
violaciones en un panel arbitral.
2.- Nivel y coberturas de precio del gas natural y sus
efectos en el costo de generación de electricidad. Lo mismo con el precio del
crudo y sus repercusiones en gasolinas, diésel y GLP.
3.- Resultados de nuevos proyectos de E&P de gas y
petróleo, y declive en campos maduros.
4.- Inversiones en redes de transmisión eléctrica y de
transporte o almacenamiento de gas natural.
5.- Acciones para la transición energética y avances para
reducir en 35% los GEI en 2035.
6.- Las finanzas de Pemex y CFE y su apalancamiento en un
entorno de altas tasas crediticias.