
El combustible más utilizado en México es el Gas LP
En el cuarto panel “El mercado del Gas LP y sus retos con perspectiva de género“, Susana Carzola, directora y socia fundadora de SICEnrgy, indica que la Asociación Mundial del Gas LP (WLPGA) dio a conocer que la demanda global de este combustible es 326.9 millones de toneladas.
El consumo doméstico mundial es de 46% de toneladas, la producción global es de 331.6 millones de toneladas. México consume anualmente 8.5 millones de toneladas de Gas LP.
El consumo en India es de 19 kilogramos per cápita, Marruecos y Ecuador tienen el mayor consumo per cápita. Mientras que, México es de los mayores consumidores per cápita con 75 kilogramos al año.
El 64% de este gas proviene de centros procesadores y no de refinerías, la región Asia-Pacifico abarca el 55.7% de la demanda mundial.
El Gas LP en México tiene uso residencial con 45.8%, servicios, 32.3 %, autotransporte, 11.6%, industrial, 8.8%, agropecuario, 32.3 y petróleo 0.6 %.
Los combustibles más utilizados en viviendas en México de acuerdo con una encuesta de ENIGH 2022, son:
- Gas LP con 76.01%.
- Leña 13.28 %.
- Gas natural 8.62 %.
- Electricidad 1.5%.
- Carbón 0.22%.
- Otro 0.37%.
¿Por qué buscar una transición hacia combustibles más limpios?
Actualmente, uno de los grandes retos que enfrenta el mundo tiene que ver con la reducción de la producción de emisiones de carbono. Entre las iniciativas para reducirlas se encuentran:
- Modernización de estufas para cocinar.
- Mejorar los estándares de los vehículos a base de diésel.
- Incorporar filtros de partículas de diésel en vehículos.
- Retirar de circulación a vehículos de elevadas emisiones de carbono, entre otros.
América Latina y el Caribe son las regiones qué más acción necesita, de acuerdo con el BID, cerca de 90 millones de personas utilizan combustibles fósiles para cocinar, son un 15% del total y registran daños severos en su salud generadas por las emisiones de carbón negro.
Las estufas eficientes mejoran, pero tienen impactos en salud: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las estufas eficientes exceden la concentración de partículas máximas aceptables para no perjudicar la salud. Sólo el uso de energéticos más limpios como la electricidad o el gas puede bajar ese umbral.
Existe evidencia de que el uso de la leña y carbón se concentra en comunidades rurales y algunas semi urbanas con viviendas pertenecientes a los deciles de menores ingresos y tiene entre sus consecuencias:
Daños a la salud: enfermedades respiratorias causadas por el humo, específicamente por las partículas microscópicas en suspensión de menos de 2,5 micras que pueden entrar en los ojos y el sistema respiratorio y pueden empeorar síntomas del asma, desencadenar ataques cardíacos, derrames cerebrales, ritmos cardíacos irregulares e insuficiencia cardíaca, especialmente en personas vulnerables.
Impacto ambiental: deforestación, degradación del hábitat para ciertas especies, erosión y pérdida de biodiversidad. La extracción de leña también contribuye al cambio climático, debido al descenso en la captura de carbón y una mayor tasa de emisión de CO2 de la madera y el carbón, en comparación con el gas LP, por unidad de energía.
Incremento en la brecha de género: A través del costo de oportunidad provocado por el tiempo destinado a la recolección de madera y exposición a accidentes durante la recolecta principalmente realizada por las mujeres y niñas quienes usualmente permanecen en casa, cocinando.
Cocinar con energéticos más eficientes ahorraría tiempo a las mujeres que podrían usar para trabajar en otras actividades remuneradas y aumentar el ingreso del hogar. Hay hogares para quienes sustituir la leña por gas representaría un ahorro. De acuerdo con una encuesta del BID en 2019, el 70% de la muestra de hogares entrevistados reportaron comprar la leña con un gasto que representaba el9% de los ingresos mensuales del hogar.
Retos de la sustitución y transición en los hogares:
- Costo de cambio: la inversión inicial representa una proporción elevada de su ingreso mensual.
- Aspectos culturales: el sabor de los alimentos e ideas preconcebidas sobre la seguridad evitan que los hogares adopten un nuevo combustible.
- Logística de distribución: Costoso llegar a la última milla que se puede disminuir con el establecimiento de bodegas de expendio.
Recomendaciones:
- Implementación por módulos, lo que implica partir de un piloto, para posteriormente ampliar el alcance a nivel regional y/o multi regional.
- Seguimiento puntual de cada uno los procesos y acciones realizadas, para mejora constante.
- Proyecto logístico que permita minimizar los costos de distribución y expendio y con ello, mejorar el precio al consumidor.
- Esquema de pre-adopción de los hogares, para minimizar las barreras de entrada culturales existentes.
- Mecanismo de financiamiento que minimice el costo de cambio.