
El capital de trabajo de las Estaciones de Servicio crece a la luz de los aumentos
La Secretaría de Energía
(Sener) informó que las empresas privadas importaron 30.44 millones millones de
barriles de combustibles, entre gasolina y diésel, en el primer semestre del
año, lo que representó un incremento de 126 por ciento con relación a los 13.49
millones de barriles del mismo periodo de 2018. Con precios congelados, el
margen de contribución de cada litro vendido sirve para pagar cada vez menos
costos fijos. Así lo asegura el especialista y asesor de empresas, Cristian
Bergmann, quien explicó que estos últimos se siguen ajustando por inflación
mientras que los combustibles no pueden aumentar (salvo expresa autorización
del Gobierno).
Bergmann puntualiza que los
estacioneros deben destinar el 70 por ciento de sus ingresos en las cargas
salariales mientras que el 30 restante se compone de servicios, impuestos y
mantenimiento del negocio.
En este sentido recuerda que
el mes próximo volverán a negociar los haberes del personal, tal como quedó
plasmado en la paritaria acordada a principios de año. “Esta situación genera
un riesgo muy importante para las Estaciones de Servicio, en especial las de
menores volúmenes y que comercializan sólo líquidos”, enfatiza.
“La venta con tarjetas de
créditos es también un problema”, considera Bergmann. Es que a pesar de que con
la comunicación 6680 del BCRA disminuyó el plazo de acreditación, el capital de
trabajo necesario para funcionar se acrecienta.
“Suponiendo un aumento de
precio del 4 por ciento, las ventas con ese medio de pago durante los últimos
días del mes generan un perjuicio del 25 por ciento del margen”, precisa el
economista. “La reposición del producto, con stock en tanques decreciendo,
plantea un riesgo financiero muy importante”, advierte.
“Es que el componente de
costos (exploración, producción, refinación y distribución) asciende al 53 por
ciento del precio de venta, sumado a un 33 que corresponde al componente
impositivo (ICL e IDC)”, concluye Bergmann.