
Del diésel de ultra bajo azufre y otras historias.
Conforme se han desarrollado
los avances tecnológicos en el sector de transporte, el cuidado al medio
ambiente ha ido incorporándose como parte fundamental de la agenda; hoy en día
vemos soluciones libres de emisiones como son los vehículos eléctricos, sin
embargo estas continúan mejorándose para mitigar costos.
Actualmente, los vehículos que
operan con combustibles fósiles siguen acaparando el mercado, en México de un
parque vehicular de 77,246,224 a marzo de 2020, sólo 0.0023% son eléctricos y
la gran mayoría del transporte de carga opera con diésel. El valle de México
desde hace años enfrenta problemas relacionados con la calidad del aire,
debido, entre otras razones, al crecimiento del parque vehicular y grandes
concentraciones urbanas, para lo cual se han incorporado políticas públicas que
contribuyan a mitigar esos efectos negativos, como el “Hoy no circula” o los
combustibles con características químicas especiales, como el diésel de ultra
bajo azufre (DUBA).
Poniendo el tema en contexto,
el diésel “regular” que produce Pemex tiene 500 partes de azufre por millón
(ppm), el DUBA tiene sólo 15 ppm y está regulado por la CRE en las zonas con
problemas en la calidad el aire y ciertos corredores de transporte, pero, desde
finales de 2018, se generó el compromiso de sólo utilizar este diésel; primero
se pospuso a 2020 y ahora hasta 2024.
¿Por qué? La idea original era
que Pemex proveería a nivel nacional DUBA, a través del plan de reconfiguración
de sus 6 refinerías, sin embargo, a la fecha sólo 3 han llevado a cabo este
proceso. La producción de DUBA por Pemex en 2019 atendió 19% de la demanda
nacional equivalente a 74 mil barriles diarios, lo que representó que
aproximadamente por cada 5 litros de diésel, uno fue producido por Pemex. En el
mismo año, la producción de diésel de 500 ppm fue de 54 mbd del total nacional.
Aunado a esto, el 29 de abril
la CRE eximió cumplir en terminales de almacenamiento y reparto de Pemex en dos
corredores que al momento proveen DUBA, una de las explicaciones que
encontramos para esta medida es que se quiere poner en el mercado los
inventarios de 500ppm de las refinerías de Pemex.
¿Recuerdan que a inicios de
los 90 las lluvias de la CDMX contenían plomo y gran cantidad de azufre,
formando lluvia ácida? En parte, por las características de los combustibles.
Todos queremos un Pemex fuerte
y rentable, pero no a costa del medio ambiente, la salud y la economía de los
mexicanos.