
Búsqueda de petróleo es cada vez más grande y exige más agua
A lo largo de la reseca extensión del Condado La Salle en
Texas, el año pasado los trabajadores excavaron unos 700 pies de profundidad en
la tierra, buscando agua dulce. Millones de galones.
El agua no estaba siendo suministrada en las casas ni estaba
irrigando los campos agrícolas.
Estaba siendo utilizada por la gigantesca
empresa British Petroleum para extraer combustibles fósiles.El agua estaba mezclada con arena y químicos tóxicos, y
bombeada al fondo de la tierra –forzando la extracción de petróleo y gas de las
rocas firmes, conocido como fracking.
Eso fue un recordatorio de que para extraer petróleo en
Estados Unidos se necesita agua, mucha agua. Actualmente, la insaciable búsqueda de petróleo y gas se ha
convertido en la amenaza más reciente para los acuíferos del país, que están
extinguiéndose, un recurso nacional crucial que ya está siendo drenado a
alarmantes porcentajes por las granjas industriales y ciudades en busca de agua
para beber.
La cantidad de líquido que se consume en toda la industria
petrolera, que fue revelada en una investigación realizada por New York Times,
ha aumentado a niveles récord.
Los pozos para extraer petróleo y gas han septuplicado el
uso de agua desde el 2011, debido a que los operadores han adoptado nuevas
técnicas para perforar hacia abajo y luego horizontalmente miles de pies.
El
proceso extrae más combustible fósil pero requiere enormes cantidades de agua. Juntos, los operadores de petróleo y gas reportaron haber
utilizado aproximadamente 1.5 trillones de galones de agua desde el 2011, la
mayoría de ella de los acuíferos, según encontró The Times.
Realizar el fracking en un sólo pozo de petróleo o gas
actualmente puede utilizar 40 millones de galones de agua o más. Los gigantescos proyectos de fracking, llamados “monstruos
frack” por los investigadores, se han convertido en algo normal en la
industria. Apenas y existían hace una década y ahora representan casi 2 de cada
3 pozos de fracking en Texas, según detectó el análisis de The Times.
“Ellos han llegado recientemente y es un nuevo sector que
irrumpió en la escena y dependen mayormente de los acuíferos”, comentó Peter
Knappett, profesor adjunto de Hidrogeología de la Universidad A&M de Texas,
refiriéndose a estas empresas.
“Ellos bombean agua de acuíferos que tienen varias décadas,
que están sobre explotados y están experimentando descensos a largo plazo”. Fracking, que es la palabra abreviada para fractura hidráulica,
ha transformado el panorama de la energía global, convirtiendo a Estados Unidos
en el productor más grande de petróleo y gas del mundo, superando a Arabia
Saudita.
Sus simpatizantes han dicho que ha fortalecido la seguridad
nacional de Estados Unidos y ha generado empleos valiosos.
Aunque el proceso ha sido controvertido desde hace tiempo.
La técnica de romper las piedras inyectándoles agua con químicos al suelo para
provocar derrames y filtraciones puede afectar la geología local, y en algunas
ocasiones contribuir a los terremotos.
Los críticos aseguran que es una ironía que se destine tanta
agua para producir combustibles fósiles que causan el cambio climático y ponen
en jaque la fuente de agua potable.
The Times documentó el incremento del uso del agua
examinando la base de datos de la industria en la que las empresas de energía
reportan los químicos que bombean al suelo durante el fracking.
Desde el 2011, British Petroleum cavó por lo menos 137 pozos
subterráneos en Texas para sus operaciones de petróleo y gas y reportó haber
utilizado 9.1 billones galones de agua a nivel nacional durante la década
pasada, EOG, uno de las empresas de fracking más grandes del país, ha consumido
más de 73 billones de galones de agua para realizar el procedimiento, al mismo
tiempo.
Apache Corp., Southwestern Energy, Chevron, Ovintiv y otros
operadores también han intensificado el uso de agua, según encontró el análisis
de The Times. Las empresas petroleras no requieren permisos para perforar
en sus pozos subterráneos, y no existe un requisito consistente para reportar o
monitorear los acuíferos utilizados para el fracking.
Debido a que la sequía ha arrasado Texas y esta región,
muchas comunidades han instituido restricciones a los residentes sobre el uso
de agua, mientras que al fracking se le ha permitido seguir imbatible.
Grupos de resistencia pública están surgiendo. En Nuevo
México, una coalición de tribus y grupos ambientales están demandando al
estado, diciendo que las empresas de fracking están incrementando el uso de
recursos acuíferos valiosos y que el estado no ha protegido los intereses de
los residentes.
En Colorado, la población están luchando contra un proyecto
de fracking temiendo no sólo que pueda utilizar fuentes de agua dulce sino
poniéndolos en peligro de contaminar una reserva de la que depende la
comunidad.
Holly Hopkins, ejecutiva del Instituto Americano del
Petróleo, un grupo industrial, dijo que la industria estaba “enfocada en
cumplir con la creciente demanda de tener energía asequible y confiable y
minimizó los impactos en el medio ambiente”.
Sus integrantes, dijo, “están desarrollando continuamente
métodos innovadores para reusar y reciclar el agua utilizada para el
procedimiento”.
En un comunicado, Apache afirmó que el 80% del agua que
utilizó para la fracturación hidráulica no era fresca o era reciclada de
fracturaciones anteriores. British Petroleum comentó que estuvo “ejecutando proyectos
piloto para reciclar el líquido para minimizar el uso de agua dulce”.
Chevron señaló que esa agua era vital para sus operaciones y
que pretendía utilizar el agua eficiente y responsablemente, agregando que
utilizó agua salobre o reciclada para el fracking. Southwestern y Ovintiv no
respondieron a la petición que se les hizo para que opinaran sobre el tema.
En el Condado La Salle, el distrito local de acuíferos
Wintergarden estima que las necesidades de agua para el fracking podrían
superar el de la irrigación para el 2030, aunque los notables ciclos de
altibajos de la industria podrían cambiar eso.
A pesar de la nueva demanda, Wintergarden tiene poco que
decir sobre el uso de agua para la fracturación hidráulica. De acuerdo a sus reglas, cuando ocurre una sequía “moderada”
o “severa”, la gente debe dejar de lavar sus autos y los restaurantes deben
evitar servir vasos con agua a menos que el cliente lo pida.Aunque sólo durante
sequías “excepcionales” las reglas se extienden al fracking y aun así, casi no
la han desalentado.
Wintergarden, Evergreen, Big Springs, son los nombres de
lugares que integran las resecas planicies de Texas que nos remontan a un
tiempo hace más de un siglo cuando los acuíferos estaban llenos.
“En ese tiempo, uno podía cavar y el agua fluía”, comentó
Bill Martin, ranchero y agricultor que encabeza el Distrito de Conservación de
Acuíferos Wintergarden.
Aunque esa agua empezó a secarse mientras las granjas
irrigaban vastas extensiones de tierra. Las granjas no tenían recursos para
perforar más profundamente y empezaron a plantar menos o cerraban el negocio.
Actualmente, la mayoría del petróleo y gas de Estados Unidos
proviene de terrenos resecos como éste. Y ahora, las empresas de fracking son
las que están teniendo problemas para obtener agua. Un reporte de Ceres del 2016 encontró que casi el 60 por
ciento de los 110 mil pozos de fracking entre el 2011 y 2016 estaban en
regiones con alta o extremadamente alta falta de agua, incluyendo las cuencas
en Texas, Colorado, Oklahoma y California.
Eso se debe en parte a la creciente complejidad y tamaño de
los pozos de fracking. Por ejemplo, la técnica de la perforación horizontal
involucra pozos que abarcan miles de pies laterales, no sólo hacia abajo.
En la amplia Cuenca Permian en Texas, la longitud promedio
de un pozo aumentó a más de 10 mil pies en los primeros nueve meses del 2022,
comparado con menos de 4 mil en el 2010, según muestra información federal.
Las empresas petroleras dicen que la industria utiliza
cantidades sustanciales de agua salobre no adecuada para beber, aunque existe
poco seguimiento sistemático sobre la cantidad. También aseguran que perforar
menos pozos más largos reduce la afectación ambiental a nivel del suelo.
Los grupos industriales también hicieron hincapié en que la
producción de petróleo y gas utiliza una pequeña parte del agua requerida por
otras actividades, como la irrigación en la agricultura.
Aunque los investigadores de la Universidad Estatal de
Colorado, compararon el agua utilizada para el fracking en los estados
productores de petróleo y gas del 2011 al 2020 y encontraron que en condiciones
áridas, las empresas de fracking usaban más agua que en la irrigación. Algunos gobiernos locales están empezando a tomar acciones.
En el 2020, Nuevo México detuvo la venta de suministros de agua a las empresas
de petróleo y gas que realizan el fracking en terrenos estatales. En este año, Colorado aprobó una propuesta que requiere que
los frackers incrementen considerablemente la reutilización de aguas residuales
en ese proceso.
En mayo, Texas aprobó una propuesta diseñada para encontrar más
usos para el agua residual del procedimiento.
Pero la limpieza de esas aguas residuales, que contienen
sustancias químicas peligrosas, es costosa y consume mucha energía. Aun cuando
los frackers pudieran reutilizar aguas residuales tratadas para toda su
producción, la industria estima que seguiría generando cientos de millones de
galones en exceso cada día.
La diversificación de aguas residuales del fracking
a otros usos, ya sea agricultura o para regar los caminos para aplacar el
polvo, sigue siendo polémica debido a la preocupación por su uso seguro.
Así que, en estados como Texas, sigue siendo más barato
utilizar acuíferos. Martin, el ranchero y granjero que dirige el Distrito de
Agua Wintergarden, no culpa a las empresas de energía por eso.
El mismo irriga
sus campos de melones utilizando los acuíferos.
Sin embargo, contempla un futuro en donde los acuíferos irán
a la baja, y dijo sombríamente “si el agua se acaba, toda la comunidad se
acabará”.