
Avanza en San Lázaro reforma que garantiza preponderancia de CFE y Pemex
La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de
Diputados aprobó hoy un dictamen mediante el cual la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) recuperaron el carácter de
“empresas públicas del Estado mexicano”, lo cual –afirmó Morena y sus
aliados—significa un paso más en la recuperación de la “soberanía energética”
del país.
De igual forma, se avaló que “no constituirán monopolios las
funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en el área estratégica del
servicio de Internet que provea el Estado y el litio”.
En una discusión que se extendió por más de tres horas y
media, los diputados modificaron los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución,
después de un debate en el que se confrontaron las posturas de quienes
defendieron la prevalencia de las empresas públicas en el sector energético y
quienes argumentaron que se debe permitir mayor participación de la iniciativa
privada en ese ámbito.
El texto del dictamen estableció que “el modelo actual del
sector eléctrico pone en riesgo el suministro de electricidad al no cumplir
cabalmente con los criterios de confiabilidad, seguridad, continuidad y
calidad”, debido a que en la reforma de 2013 “se dio apertura a la
participación de las empresas privadas en las actividades de generación,
suministro calificado (grandes industrias), suministro básico (doméstico) y a
la creación de un Mercado Eléctrico Mayorista de manera desordenada”.
Asimismo, indicó que la mencionada reforma de hace 11 años
“estableció un nuevo régimen para la CFE, convirtiéndola en una Empresa
Productiva del Estado y a su vez, dividiéndose en Empresas Subsidiarias por
actividades específicas, lo que provocó pérdidas económicas debido al
entorpecimiento de sus actividades al no poder realizarlas de manera integral”.
En favor de la iniciativa, legisladores de Morena
argumentaron que el propósito de la misma era “fortalecer a la CFE para
garantizar la seguridad y la soberanía energética” y “devolver lo que le fue
arrebatado al pueblo de México de manera brutal en la reforma energética de
Peña Nieto en 2013, que fue apátrida y mercantil”.
Asimismo, resaltaron que cambiar el estatus jurídico de la
CFE como “empresa productiva del Estado” fue una “trampa”, pues se permitió que
compitiera en igualdad de circunstancias “con monstruos trasnacionales” que
tuvieron prioridad en la generación de electricidad, por lo que la compañía
nacional estaba en riesgo de desaparecer.
En contraposición, legisladores de PRI y PAN defendieron los
resultados de la reforma de 2013 en la materia y consideraron que el dictamen
de Morena y sus aliados le cierra la puerta a los inversionistas privados,
desincentiva la eficiencia y la modernización y no garantizaba una transición
energética hacia fuentes menos contaminantes. En ese marco, el blanquiazul
Héctor Téllez se dijo “en contra del estatismo y populismo energético”.
El panista Santiago Torreblanca –quien participó en la
sesión a distancia, desde una habitación de hotel donde se percibía ropa en
desorden en la cama—alertó que los recursos que le dedica el Estado a subsidiar
a la CFE podrían destinarse a rubros como la educación y la salud, y acusó al
partido mayoritario de tener “privadofobia”.
Luego de que la reforma se aprobara en lo general, Marco
Rosendo Medina (Morena) presentó una reserva que proponía, entre otros
aspectos, cambiar el estatus de CFE y de Pemex a “empresas pública del Estado”,
además de recalcar que las empresas privadas “en ningún caso tendrán
prevalencia” sobre la CFE, y exigir que el litio también sea considerado como
un bien “estratégico” de la nación.
Además, propuso que las concesiones en materia de
radiodifusión y telecomunicaciones serán otorgadas por el Instituto Federal de
Telecomunicaciones, lo cual implica que dicho organismo autónomo quedaría fuera
de la reforma que extingue a esas entidades.
Medina también especificó que el Estado “quedará a cargo de
la transición energética y utilizará de manera sustentable todas las fuentes de
energía de las que dispone la nación con el fin de reducir las emisiones de
gases y componentes de efecto invernadero”.
Además, propuso un artículo tercero transitorio para
“resarcir la reforma de 2013”, y cuyo contenido es: “se derogan los artículos
transitorios del decreto por el que se reforma y adicionan diversas
disposiciones de la Constitución en materia de energía, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 23 de diciembre de 2013 que se opongan a las
disposiciones en materia del presente decreto”.
Al intervenir, el presidente de la Comisión de Puntos
Constitucionales, Juan Ramiro Robledo, recalcó que las empresas privadas
siempre tienen fin de lucro, con una visión individualista, mientras que las
públicas buscan cubrir fines sociales, especialmente en países con altos
niveles de desigualdad.
Defender la “prevalencia” de la CFE sobre la generación de
electricidad y la recuperación del servicio de transmisión, dijo, “es un
pequeño paso que recobra la rectoría del Estado de manera plena, no sólo la
rectoría regulatoria”.
El dictamen fue aprobado por 21 votos a favor, de Morena y
sus aliados, y 16 en contra, de los partidos de oposición.